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Hace un par de meses se publicó un estudio del Instituto de Investigación Veterinaria Harbin, de China, que sugería que los gatos y hurones eran susceptibles a la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, pudiendo los felinos además transmitirla a otros gatos.

Ahora, el Comité Científico de la Asociación de Veterinarios Españoles Especialistas en Pequeños Animales (Avepa) se ha pronunciado sobre la investigación, pidiendo cautela y recordando que aún el estudio no ha sido revisado por pares y por tanto los resultados del estudio sobre coronavirus en gatos no pueden ser considerados concluyentes.

RECOMENDACIONES DE AVEPA

La posición general de Avepa es que de momento sigue sin haber evidencia científica concluyente sobre la infección y transmisión de coronavirus en animales de compañía.

“No obstante, aunque actualmente no existan evidencias de transmisión entre gatos y de gatos hacia humanos, la posibilidad de que pueda ocurrir teóricamente existe y no se puede descartar que en algunas circunstancias pudiera ocurrir, por lo que se deben tener ciertas precauciones y estar atentos a los estudios que se vayan publicando”, añaden desde Avepa.

El estudio chino demuestra que el virus es infectivo en gatos (y hurones), que produce lesiones respiratorias y que se puede transmitir de gato a gato.

Aunque matizan que los resultados de este estudio “deben ser interpretados con cautela” ya que las condiciones de infección, de transmisión y la carga viral son experimentales y no tienen por qué ser las mismas en la infección natural.

Por ello, consideran que lo más probable es que tal, como ocurrió con el SARS-CoV-1 en 2003, aunque los gatos puedan infectarse, “la probabilidad de que actúen como fuente de contagio a humanos y otros gatos es muy baja”.

En este caso apuntan que, como ha ocurrido hasta el momento, la transmisión del SARS-CoV-1 entre gatos solamente se demostró en condiciones de infección experimental, no en infecciones naturales.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN DE CORONAVIRUS Y GATOS

Dicho esto, admiten que hay que tomar unas medidas básicas de prevención. Así, recomiendan que cualquier persona diagnosticada de Covid-19 debería limitar el contacto estrecho con su gato e interactuar lo mínimo posible con él.  Además, debería lavarse las manos antes y después del contacto incluyendo la limpieza de la caja sanitaria y evitar la proximidad de la cara (besos, abrazos).

Asimismo, siempre que sea posible, otra persona de la casa debería ocuparse de los cuidados del gato e incluso en alguna situación particular se podría considerar que el gato temporalmente fuera cuidado en otra casa.

Eso sí, mantienen que “no existe ninguna justificación” para la eutanasia ni el abandono de gatos por miedo a la infección por SARS-CoV-2 y tampoco ninguna justificación para realizar pruebas de SARS-CoV-2 en gatos sanos.

En caso de que un gato muestre signos respiratorios y fiebre, indican que lo más probable es que sea causado por alguna de las infecciones habituales de los gatos. No obstante, si este gato hubiera tenido contacto con una persona enferma de Covid-19 se recomienda la cuarentena y contactar con su veterinario habitual para valorar el protocolo a seguir.

No existe ninguna justificación actualmente para mantener confinados a los gatos sanos que de forma habitual viven dentro y fuera de casa. No obstante, este hecho es objeto de debate y existe opiniones diversas. Por el contrario, en la situación actual un gato con signos clínicos compatibles y que se hayan descartado las infecciones habituales debería mantenerse confinado o en cuarentena”, concluyen.